Luifa Artime

Como no podía ser de otra manera, Luis Fabián Artime, el máximo y último gran ídolo de Belgrano, tenía que tener su propio lugar dentro de nuestro Blog Celeste. Es por ello que este espacio está dedicado integramente a él, para que todos conozcan la clase de persona que es y lo importante que fue en sus años deportivos para el Pirata y actualmente en el corazón de cada hincha.

Biografía:

1965 Nace el 15 de Diciembre en Ramos Mejía - Buenos Aires - Argentina
1989 Debuta en la primera de Ferro el 19 de Enero. Ese día convierte el gol con que el equipo le gana a Español por 1 a 0. El D.T. era Carlos Griguol.
1989 Pasa a Independiente, donde juega dos temporadas.
1992 Llega por primera vez a Belgrano de Córdoba.
1993 Juega en San Lorenzo por un año.
1994 Vuelve a Belgrano.
1996 Desciende con el conjunto cordobés a la B Nacional.
1998 Al ganar el torneo reducido de la B Nacional, vuelve a Primera División A con Belgrano.
1999 En Agosto, a pesar de ser el máximo goleador histórico de Belgrano en la A, con 39 goles, al no tener un lugar en el equipo, pasa a Tigre. Allí juega 15 partidos y marca 4 goles.
2000 En Febrero rescinde su contrato con el Club de Victoria para retornar a Belgrano.

Su estadística: 518 partidos con 144 goles. En el Celeste 93.

El Luifa de la Gente

El Luifa es de esos tipos sencillos y facilmente queribles. En Belgrano se hizo ídolo desde el momento en que le convirtió el primer gol a Talleres y en los sucesivos, que fueron claves para ganar o hacer mella al archirival.
De palabras sencillas y directas, nunca dejó de decir lo que sentía y mucho más aún hablando de su querido Celeste de Alberdi. Y en cuanto a los comentarios contra el clásico rival, siempre demostró respeto y querencia por Belgrano y por la gente.
La gente… su máxima aliada y fiel acompañante en su garra, empeño y dedicación en cada partido, la misma que incansablemente le demostró su amor y apoyo en todo momento. Es que se la supo ganar, supo dar lo que la hinchada de Belgrano pide en cada jugador que se pone la camiseta. Supo llevar al equipo al frente, motivarlo, hacer que por sus venas corra sangre celeste, hambre de gol y de victoria. Victoria que no siempre llegó, pero la derrota se asumió con la frente alta por haber dejado todo en la cancha y por haber jugado “a lo Belgrano”: huevos, huevos y más huevos.

Estará en los corazones de cada hincha que lo vio jugar y en las nuevas generaciones, que recibirán los comentarios de ese gran tipo, ese ídolo celeste, el Luifa de la gente.

SB - German Pirata.

Nota de La Voz del Interior, 6 de Agosto de 2007:

IDOLO TOTAL
Luis Fabián Artime se despidió de su gente, en Alberdi y ante 10 mil personas. Llegó a la cancha en el “Luifa-móvil”, en procesión desde el Patio Olmos.

Se despertó sobresaltado, en la mañana de su día soñado. Había dormido a medias; la ansiedad no le permitió descansar bien. Desayunó con su familia, llegaron algunos amigos y se entregó definitivamente a las emociones que le ofrecería el domingo que no olvidará. El último domingo de Luis Fabián Artime en Alberdi, de pantalones cortos y jugando al fútbol, casi dos años después de que lo hiciera por última vez. El día de su despedida de la gente que lo adoptó como ídolo allá en 1992 y que el domingo 5 de agosto, en la fría tarde cordobesa, se contó por miles. Diez mil fueron a rendirle tributo.

La primera emoción la vivió en el Patio Olmos, cuando desde lo alto del “Luifa-móvil” se encontró con 700 “piratas” que lo esperaban para acompañarlo en procesión hasta Alberdi. Montado en el viejísimo y celeste Leyland 1950, el corazón comenzó a latirle más fuerte a medida que se acercaba a Colón y Orgaz. Y en la mítica esquina, se quebró.



“No puede ser, no puede ser que la gente me quiera tanto”, balbuceó cuando vio la Orgaz pintada de celeste hasta La Rioja. Se agachó para disimular sus lágrimas, pero lo levantó Raúl Bellido, su amigo. Bellido, fotógrafo profesional y “pirata” de alma, cambió un fin de semana de trabajo en el Rally de Zapala por acompañarlo. Al final del partido, “Luifa” le retribuyó con una camiseta.

Ingresó por la manga con el corazón estrujado, pisó el césped, vio la multitud y sólo dijo: “¡upa!”. Trotó, con ese trote suyo tan particular, tan poco elegante, tan poco flexible, pisando más con los talones que con la punta de los pies, y una ovación lo bañó desde los cuatro costados.

El partido fue una excusa. Todos esperaban su gol y lo hizo, un típico gol suyo, de atropellada. Luego, el abrazo con su padre Luis y sus hijos Iván y Rodrigo, y el gol de Iván que cerró el juego.

Su tarde inolvidable terminó con un desfile de obsequios. Agrupaciones y filiales de todos lados, el “murciélago” Lucas Rodríguez, el Centro de Rehabilitación para Ciegos Adultos Julián Baquero, una plaqueta de Instituto, hasta Paco Cabasés, el emblemático hombre de Talleres, pisó el campo de Alberdi para entregarle uno de sus recuerdos más queridos: una bufanda del Barcelona de España. “Van a pasar muchos años para encontrar otro ídolo auténtico como Artime”, dijo don Paco, cuya nieta Jimena le salió “pirata”.

Y el final, mostró al ídolo en su salsa. Tomó el micrófono, agradeció tanta devoción, alentó a involucrarse para pensar en Belgrano 2011 y cerró, a su estilo: “¡El cielo sigue más celeste que nunca, papá!”.